La agricultura y la apicultura son dos caras de una misma moneda. Hoy más que nunca es importante que agricultores y apicultores estén cada vez más unidos para salvaguardar a las abejas y a todo el ecosistema. ¿Como? ¡A través de muchas buenas prácticas agrícolas y más!
La agricultura y la apicultura son dos sectores que, bien integrados entre sí, pueden hacer mucho por el bien de todo el ecosistema. Hoy en día, toda la cadena de suministro agrícola está cada vez más atenta y sensible a la presencia de abejas y colmenas.
Las abejas desempeñan un papel vital en la polinización de los cultivos agrícolas, un servicio ecológico vital para la producción de alimentos.
Para obtener una mejor producción, los agricultores recurren cada vez más a la presencia de colmenas. No debemos olvidar que el que está entre La agricultura y la apicultura son una relación simbiótica.: Los apicultores suelen ser también agricultores.
Un vínculo que, si se gestiona de forma sostenible, puede generar resultados verdaderamente positivos para todos y, por supuesto, para el medio ambiente.
El papel crucial de las abejas en la agricultura
Las abejas se encuentran entre los insectos polinizadores más importantes y su propia existencia representa un elemento clave en la producción de alimentos. Se estima que más de 75% de cultivos destinados al consumo humano dependen de la polinización animales, y principalmente por las abejas.
Las frutas, verduras, semillas, frutos secos y muchos otros cultivos dependen de su polinización para una buena y mejor producción. Sin la ayuda de las abejas muchos de estos cultivos no existirían.
¡Esto significa que una gran variedad de alimentos a los que los humanos estamos acostumbrados ya no existirían!
La falta de variedad de comida y de los cultivos mismos es un daño enorme para la subsistencia del hombre y de la agricultura en su conjunto.
Cómo afecta la agricultura a las abejas
Nunca se debe olvidar que las prácticas agrícolas intensivas, el uso excesivo y constante de pesticidas y la pérdida de hábitat natural son amenazas importantes para las abejas.
Pesticidas, especialmente aquellos base neonicotinade son muy perjudiciales para las abejas. Desde los años 90, los neonicotinoides, que atacan el sistema nervioso de los insectos para eliminarlos, se han convertido en uno de los insecticidas más utilizados en el mundo. Recientemente muchos estudios científicos han demostrado el daño que causan a los polinizadores. De hecho, incluso en cantidades muy pequeñas, una vez que las abejas han absorbido su efecto nocivo, pierden el sentido de dirección y no ya no encuentran su colmena.
Y lo que es más grave, reducen su resistencia a enfermedades y parásitos. Al mismo tiempo, la destrucción de hábitats naturales causada por los pesticidas, incluidos prados y árboles en flor, Limita los recursos alimentarios y de anidación de las abejas..
En enero de 2020, la Comisión Europea, tras la propuesta y la prohibición del 22 de octubre de 2019, decidió no renovar la licencia para la comercialización en Europa, en particular, del insecticida más extendido, tiacloprid. Pero, aunque su uso ha sido limitado, aún hoy estos insecticidas se utilizan en la agricultura cuando hay una emergencia (uno de los casos más conocidos es el vinculado a la remolacha azucarera).
De hecho representan un enorme carga de protección de abejas y colmenas.
Agricultura y apicultura: buenas prácticas para la conservación de las abejas
Para preservar y apoyar a la población de abejas, se necesitan buenas prácticas agrícolas e intervenciones específicas, como la eliminación de pesticidas perjudiciales para las abejas y el uso de alternativas naturales o no nocivas. Además, es igualmente importante aplicar pesticidas durante las horas en que las abejas están menos activas. Más allá de esto es posible realizar otras acciones fundamentales:
- Áreas de floración: Crear y proteger zonas de floración, como prados de flores e hileras de flores en todas las estaciones para proporcionar a las abejas fuentes continuas de alimento y favorecer su salud con una dieta mucho más equilibrada.
- Diversificación de cultivos: La diversidad de cultivos agrícolas significa un mayor acceso a los recursos alimentarios para las abejas durante todo el año.
- Prácticas agrícolas sostenibles: Implementar técnicas agrícolas capaces de reducir la erosión del suelo y la contaminación del agua, como la agricultura orgánica, la agrosilvicultura o incluso la rotación de cultivos.
- Conservación del hábitat: Preservar y proteger hábitats naturales como bordes de campos, áreas boscosas y espacios abiertos. Mantener o restaurar estas áreas ayuda a las abejas a encontrar lugares para anidar.
- Educación y sensibilización: Involucrar a agricultores y apicultores en acciones comunes para la protección y conservación de las abejas.
- Apoyo a los apicultores: Las instituciones deben ayudar a los apicultores a través de políticas de apoyo e incentivos, garantizando un ambiente favorable a su actividad. Por ejemplo, mediante subvenciones para la compra de equipos o mediante la creación de espacios protegidos.
- Seguimiento e investigación: el seguimiento regular de las poblaciones de abejas nos permite comprender mejor las causas de su disminución y, al mismo tiempo, desarrollar soluciones eficaces.
El Memorando de Entendimiento entre agricultura y apicultura
Para promover una colaboración más estrecha entre agricultores y apicultores, muchas regiones y organizaciones han adoptado memorandos de entendimiento. Estos protocolos crean una base para implementar medidas concretas que beneficien a las abejas y al medio ambiente.
Estos acuerdos implican:
- Intercambio de conocimiento: Los agricultores pueden aprender de las prácticas de los apicultores, adoptando políticas agrícolas más sostenibles que tengan en cuenta el bienestar de las abejas.
- Monitoreo conjunto: El apicultor y el agricultor pueden monitorear juntos el progreso de las colonias de abejas y evaluar el impacto de las prácticas agrícolas en su bienestar.
- Acción coordinada: Sumar esfuerzos para implementar todas aquellas prácticas que mejoren la salud de las abejas, como la creación de áreas de floración, la reducción de pesticidas y la diversificación de cultivos.
El conjunto vínculo entre la agricultura y la apicultura es crucial para la supervivencia de las abejas y, en consecuencia, para la seguridad alimentaria y la biodiversidad. Una colaboración más estrecha es clave e iniciativas como los Memorandos de Entendimiento son una forma de coordinar esfuerzos y contribuir a un futuro sostenible para todos.
Y por eso es importante difundir y dar a conocer las múltiples posibilidades que tenemos para ayudar a nuestras amigas las abejas.