La miel de acacia es sin duda la más conocida y querida entre las mieles italianas. Se aprecia sobre todo por su color claro, casi transparente, por su sabor muy dulce y azucarado y por permanecer naturalmente líquido para siempre.
Nuestra miel de acacia se produce en las colinas toscanas. La planta crece exuberantemente y en el mes de mayo se cubre de flores blancas muy perfumadas de las que brota un precioso néctar que las abejas recogen con gran avidez y transforman en excelente miel.
Propiedades terapéuticas y beneficios de la miel de acacia:
- Es un producto natural que no necesita conservantes.
- Tiene un alto poder edulcorante y energético.
- Es inmediatamente asimilable porque está formado por azúcares simples como la glucosa y la fructosa, en distintos porcentajes, según las flores de las que procede.
- Es de fácil digestión y además aporta proteínas, vitaminas, sales minerales y aminoácidos.
Cada tipo de miel está indicada para unos tratamientos específicos. Por ejemplo, para la tos, miel de eucalipto, para la circulación sanguínea, miel de castaño, etcétera…
Lo que caracteriza a la miel de acacia, además de su éxito por no cristalizar y el dulzor que conquista a todos, incluso a los no muy golosos, son dos propiedades muy importantes que conviene subrayar una vez más:
- Todos sabemos que quienes padecen diabetes no pueden consumir azúcar. La miel de acacia es el único tipo de miel también apta para diabéticos leves, porque en porcentaje en su composición es la que contiene más fructosa, que puede ser asimilada por el organismo sin tener que recurrir a la insulina.
- Es el único tipo de miel que los pediatras también recomiendan para bebés menores de 12 meses, como edulcorante de la leche de vaca.
Maridajes:
La miel de acacia es el edulcorante por excelencia. Se puede utilizar con quesos como ricota fresca de cabra, ricota de leche de vaca, mascarpone y quesos azules.
También excelente con yogur. Por su extrema digestibilidad es la miel más adecuada para los niños.
