La radiación solar puede ser perjudicial si no se toman las precauciones adecuadas. Es necesario tomar el sol con moderación y proteger tu piel eligiendo el protector solar que mejor se adapte a tu tipo de piel. Sólo así tu bronceado podrá ser perfecto.
El protector solar a base de miel no sólo ayuda a proteger la piel de los daños que puede provocar la sobreexposición al sol para contrarrestar el efecto de radicales libres que aceleran el proceso de degradación de las estructuras celulares y favorecen el rápido envejecimiento de la piel. El Miel, de hecho, es rico en propiedades antioxidantes pero también vitaminas C, B2, B6, sales minerales y oligoelementos que hidratan la piel.
De hecho, el sol y el calor sofocante provocan sudoración y con ella la rápida pérdida de agua y minerales, acelerando aún más la formación de arrugas y el engrosamiento de la piel. La pérdida de minerales daña entonces nuestro organismo.
Qué hacer para obtener todos los beneficios del sol
No hay que olvidar que el sol y el bronceado tienen muchas efectos benéficos en nuestro cuerpo y también en nuestro estado de ánimo.
En primer lugar, el sol favorece la producción de vitamina D, fundamental para el bienestar del sistema óseo. Además, estimula las glándulas suprarrenales, la presión arterial y, combinado con el agua salada del mar, da un aspecto más saludable a la piel.
Por último, pero no hay que subestimarlo, ayuda a mejorar el estado de ánimo, nos hace sentir felices y, en muchos casos, ¡incluso más bellos!
Pero, ¿cuáles son las reglas a seguir para obtener un bronceado saludable y no correr riesgos, a veces graves, para nuestra salud?
Las reglas a seguir para un correcto bronceado son muy sencillas:
Acostúmbrate a la piel a la exposición solar gradual, aumentando gradualmente la exposición día a día;
Evitar exposición al sol tanto como sea posible entre las 12.00 y las 15.00 horas;
Considerar tuyo tipo de piel y sensibilidad a la luz solar;
Usar un protector solar con factor de protección alta en los primeros días y luego disminuye progresivamente;
Acostúmbrate a usar siempre un factor de protección solar incluso con la piel ya bronceada;
hidratar siempre la piel después de cada exposición al sol.
Proteger el cuero cabelludo y el cabello con productos y tocados específicos.
protector solar a base de miel también tiene propiedades calmantes y descongestionantes y si se combina con sustancias funcionales y naturales que facilitan la protección y el bronceado es una ayuda válida y placentera para nuestro verano perfecto!